Duración 30 minutos.
El manejo de las imágenes por los poderes establecidos llega a condicionar los comportamientos sociales. Si se trata de hechos violentos, los ganadores nunca mueren y los perdedores son objeto de publicaciones de todo tipo, donde el respeto por el cadáver pasa a un segundo plano siempre para enaltecimiento de los que llevan la mejor parte en la batalla.
Privadamente, la fotografía se transforma en un objeto de recuerdo, de tal potencia, que llegamos a enterrarnos con ellas, a retratar los cadáveres de los que más queremos y hacer de la imagen el único resquicio que podemos hurtar a la memoria cuando el tiempo pasa y la imagen desaparece en la nebulosa del olvido.
No hay imágenes gratuitas, no hay comportamientos inocentes frente a la violencia, y la fotografía merece la pena ser leída más allá de lo que creemos estar viendo.
León, 1954.
Ahora soy pensionista de profesión, pero mantengo viva la pasión por la fotografía, la investigación fotográfica, a la que sigo dedicando gran parte de mi vida desde hace más de cuarenta años. He centrado mi atención en Extremadura, en la historia de su fotografía, y en general en el hecho fotográfico, que es lo que ahora me mueve a seguir buscando y tratando de dar explicación a cómo la imagen condiciona nuestra presencia en la sociedad.
Escribo artículos en prensa, he publicado muchos libros y ahora, con la distancia de los años, me resulta más fácil dar salida intelectual a tanto como he buscado, leído y atesorado, siendo consciente de que los conocimientos adquiridos hay que devolverlos a la sociedad que nos premia con su atención. Sólo espero no cometer demasiados errores en la interpretación.
Autoría fotografía de perfil: José María Ballester
Fuente: https://48horasmagazine.com/eventos/matilde-muro-exitus-fotografia-y-muerte/
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