De la misma forma que la minoría judía, inmersa en una sociedad que a partir del siglo IV será mayoritariamente cristiana, se muestra esquiva al análisis histórico (debido, entre otras razones, a las limitaciones de las escasas y fragmentarias fuentes propias y directas disponibles para su estudio), tanto más oscura se presenta ante nosotros la realidad de la «mujer judía» en el Occidente tardoantiguo, cuyas sombras apenas permiten, en apariencia, percibir una vaga silueta. Y, sin embargo, gracias al método histórico-crítico podemos acercarnos con sólidas garantías de verosimilitud a la singularidad del papel desempeñado por las mujeres judías dentro, tanto de su entramado familiar, como de las sociedades occidentales de los siglos IV-VII. Su condición de transmisora de la identidad judía las confiere una importancia ignorada con frecuencia por la exigua historiografía que se ha acercado al tema.
VIRAL utiliza ricas galletitas (cookies), si sigues navegando aceptas su uso. Saber más.Aceptar