Campanilla en Peraleda del Zaucejo

Adaptación del musical Campanilla hay que creer en las Hadas a los escenarios móviles de la Junta de Extremadura 
Campanilla, Hay que creer en las Hadas, es un musical extremeño, hecho por extremeños para público infantil y familiar, con sólidas bases y fundamentos didácticos, que pretende fomentar la lectura y conseguir unos objetivos y valores claves al finalizar dicho espectáculo. Es una historia original que ha creado Rosario Abelaira, basada en una maravillosa hada que todos los niños desde hace muchos años conocen y quieren. A veces, hay personajes que se ganan la simpatía, la amistad y confianza de un público tan exigente y sincero como es el infantil, y la fama de este personaje perdura a través del tiempo como es el caso de nuestra luminosa, pizpireta y joven hada Campanilla que nos acercará a esos maravillosos cuentos, leyendas, historias y canciones que han atrapado a todos los niños durante generaciones desde la segunda mitad del siglo XX y no sólo niños, sino que a la mayoría de los adultos, evidencia que no podemos negar sobre estas producciones que han llevado a la fama canciones, que han convertido en auténticos Hit, que todos los niños cantan o han cantado y que utilizaremos como recursos para fomentar la lectura y valores fundamentales en ellos. 
It is a musical for children and families, created and performed by artists from Extremadura with solid didactic foundations, which aims to encourage reading and achieve some key objectives and values at the end of the show. It is an original story created by Rosario Abelaira, based on a wonderful fairy who all children have known and loved for many years. There are characters who sometimes win the affection, friendship and confidence of a demanding and sincere audience as children. The fame of some characters endure over time as it is the case of our bright, lively and young fairy Bell who will take us to those wonderful stories, legends and songs that have grabbed children´s attention for generations since the second half of the twentieth century. And not only children, but most adults have also felt attracted to them, which means that we can not reject productions that have brought fame to songs, real hits that all children sing and that we use as resources to promote reading and instil fundamental values in them.