Las personas fallecidas van al cielo, son estrellas. En días bonitos, se convierten en arcoíris. En días difíciles, son mariposas revoloteando a nuestro alrededor. Crecemos rodeados de figuras imprescindibles en la vida: nuestros padres. El día que ellos faltan, nos es muy difícil gestionar nuestras emociones y entender lo sucedido. Mi madre falleció cuando yo era una niña y me hubiera gustado contar con libros explicativos. Apoyarme en historias que me ayudaran a controlar mejor mis emociones. Con el tiempo, he convertido todos los recuerdos y las lágrimas en líneas para crear aquello que anhelé. Acompáñame en esta aventura. Busca cada gusano de las emociones y construye el tuyo propio.
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