19:00 hasta las 14:00
Ciclo de “Días de diario y correspondencia”. La Casona de San Feliz de Torío

Ciclo de “Días de diario y correspondencia”. La Casona de San Feliz de Torío

Ciclo de “Días de diario y correspondencia”.
La Casona de San Feliz de Torío
Del 17 al 20 de octubre de 2024

Jueves 17 de octubre:

19h. José Luna Borge: Sobre diarios: literatura autobiográfica.
20h. Avelino Fierro: Leyendo los días.

Viernes 18 de octubre:

19h. Tomás Sánchez Santiago y Jordi Doce: Escritura entre resquicios.

Sábado 19 octubre

12:00 Álvaro Acebes. La escritura de un tiempo y de un país. Los diarios de Rafael Chirbes.
13:00 José Teruel. La escritura del Yo en Carmen Martín Gaite: sus cartas.
18:00 Laura Freixas. Lo íntimo y lo femenino en mis diarios.
19:00 Olivia de Miguel. Desentrañando los diarios de Virginia Woolf.
20:00 Sergio Fernández. Presentación del libro ‘El dios del instante’

Domingo 20 octubre

12:00 Nerea Garrán. Presentación del libro ‘Agua sobre agua’

DÍAS DE DIARIO Y CORRESPONDENCIA

Digámoslo desde un principio: todo lector de diarios, género lábil y esquivo donde los haya, sabe que estos no son más que una convención literaria. Autor y personaje se solapan y, a falta de un interlocutor, el diario se convierte en una forma fallida de monólogo que sirve para la reflexión, exorcizar algunos demonios o simplemente para registrar aquellos acontecimientos que el tiempo amenaza con borrar. Casi resulta imposible, por otra parte, dar una explicación certera de qué es lo que nos atrae de los diarios. No hay una única razón, pero el hecho de que el protagonista de lo que leemos sea el propio autor ya es de por sí por un estímulo para la lectura. Frente a las memorias, escritas siempre al final de la existencia de su autor y condicionadas a ofrecer una imagen estática de los sucesos vividos, que puede estar sujeta, además, a la poca fiabilidad del recuerdo, el diario cuenta con las ventajas de la inmediatez y la espontaneidad, lo que apoya su carácter verídico. A medio camino siempre entre lo íntimo y lo público, el género prescinde de cualquier forma de estructura, tiende al fragmentarismo y la provisionalidad y no se interesa por fronteras temáticas ni estilísticas. Todo cabe en el diario, desde el ensayo a la confesión, pasando por el microrrelato y la prosa poética, y tal vez lo más sugestivo es que nos permite atisbar la vida en su discurrir, como una escritura que queda suspendida en el tiempo y que da cuenta de las reflexiones, las urgencias, las alarmas, los triunfos y derrotas que acompañan el día a día.

Está claro que leemos diarios porque sentimos curiosidad por la personalidad y la biografía de su autor, que no tiene por qué ser un héroe, como ocurre con los vibrantes diarios del capitán Scott en su frustrada expedición al Polo Sur. Los de Jules Renard, por ejemplo, que no salió nunca de Francia y solo necesitaba la emoción de cultivar su propio jardín, son un examen de conciencia en toda regla y tal vez uno de los más extraordinarios diarios modernos. Nos cautivan los diarios porque, cuando se trata de viajes, permiten descubrir geografías remotas o porque queremos observar cómo se repasa un contexto histórico determinado. Basta pensar, a este respecto, en los impresionantes escritos de Max Aub sobre el exilio republicano o en los del húngaro Sándor Márai acerca del drama de todos los europeos que huyeron de la guerra y que concluyen, poco antes de su suicidio, con una escalofriante entrada: «Ha llegado la hora». En otros casos nos interesa ver cómo coinciden algunas de nuestros puntos de vista con los de la figura que admiramos, quizás con la esperanza de reafirmarlos, como si el autor se hubiera apropiado de nuestra voz para poner por escrito aquello que pensamos. No hay que olvidar tampoco a aquellos diarios que son un auténtico taller del escritor y en los que este anota cualquier ocurrencia con vistas a un aprovechamiento futuro. En El peso del mundo el austríaco Peter Handke fue incluyendo hipótesis de trabajo que luego nunca se cristalizarían en una obra concreta, pero que, sin embargo, constituyen el extraordinario reportaje de una mente en pleno proceso creativo. Capítulo aparte son los diarios póstumos, como los estupendos Cuadernos de todo de Martín Gaite, y que casi siempre llegan envueltos en polémica. ¿Por qué se publican? ¿Qué responsabilidad tiene sobre esos textos el editor? Max Brod, el mayor ejemplo de un traidor a un testamento literario, publicó los documentos personales de Kafka sin su consentimiento, aunque, como destacó Borges, puede que aquel haya sido el acto de desobediencia más agradecido de la historia. De estos diarios nos atraen, por encima de las maledicencias contra los colegas o las diversas circunstancias de una vida, aquellos aspectos que iluminan las zonas de sombra que hay en una trayectoria literaria y humana.

Visto que existen tantos diarios como respuestas a por qué leerlos, estamos de enhorabuena si contamos con proyectos como DÍAS DE DIARIO Y CORRESPONDENCIA que pretenden dar cuenta de las particularidades del género y explicar sus metamorfosis y, asimismo, crear un espacio de intercambio que fomente la discusión en torno a sus manifestaciones. Examinar el diario como fenómeno cultural permite no solo averiguar cómo se ha plasmado a lo largo del tiempo una expresión de lo personal, sino descubrir los mecanismos sociales, económicos y políticos que articulan una época que también es la nuestra. Así pues, los límites entre ficción y no ficción, las formas de la escritura del yo, los interesantes cruces entre autobiografía e historia, la relación entre lo narrativo, la filosofía y la introspección psicológica o las imbricaciones entre el diario y otros modelos literarios, rasgos teóricos que definen al género, serán objeto de análisis. Para ello, esta iniciativa contará con la presencia de diaristas y estudiosos, así como con la programación de distintas actividades que buscan ofrecer una mirada de conjunto sobre el tema y profundizar en las características de un modelo de expresión literaria que, en una época donde se fomenta la visibilidad permanente y no pocas veces la impostura, basa su razón de ser en la intimidad y permite, como decía Pavese en El oficio de vivir, que afloren los filones de la existencia.

Álvaro Acebes.

Jordi Doce (Gijón, 1967) es poeta, ensayista y traductor. Entre sus poemarios destacan Nada se pierde. Poemas escogidos (2015),No estábamos allí (Pre-Textos, 2016) y Maestro de distancias (Abada, 2022); estos dos últimos fueron elegidos mejor libro de poesía de su año por la revista El Cultural. Sus libros han sido traducidos al inglés, italiano, alemán, rumano y árabe.

En prosa ha publicado los libros de notas y aforismos Hormigas blancas (2005), Perros en la playa (2011) y Todo esto será tuyo (Pre-Textos, 2021), así como volúmenes de artículos y ensayos. Ha traducido la poesía de W. H. Auden, William Blake, Lewis Carroll, Anne Carson, T. S. Eliot, Ted Hughes, Sylvia Plath y W. B. Yeats, entre otros. Es doctor en literatura con una tesis sobre la influencia del romanticismo inglés en la poesía española contemporánea, base de su ensayo Imán y desafío (IV Premio de Ensayo Casa de América, Península, 2005). Fue lector de español en la Universidad de Oxford (1997-2000) y responsable del Área de Edición del Círculo de Bellas Artes (2007-2013). Actualmente, coordina la colección de poesía de la editorial Galaxia Gutenberg.

Tomás Sánchez Santiago (Zamora, 1957). Su poesía hasta 2019 apareció bajo el título Este otro orden (Ed. Dilema). Posteriormente ha aparecido El que menos sabe (Eolas, 2024). Es también autor de las narraciones Calle Feria (2006) y Años de mayor cuantía (2018) y del libro La belleza de lo pequeño (2022). Sus diarios se reunieron en El murmullo del mundo (2016) y sus artículos periodísticos en dos volúmenes: Salvo error u omisión y Cerezas en el escondite.

Avelino Fierro (Chozas de Arriba, León, 1956) es fiscal, labor que compagina con la de narrador y diarista. Ha colaborado en revistas como Clarín, Suroeste y Sibila. Es autor, en el campo literario, de los dietarios Una habitación en Europa, 2010-2012 (2014), Ciudad de sombra, 2013-2014 (2015), La vida a medias, 2015-2016 (2017), Contra tiempo, 2017-2018 (2019) y Días sin rostro, 2020-2021 (2023), publicados todos ellos por Eolas ediciones. Asimismo ha publicado el epistolario Estatuas de sal (Ediciones Franz, 2020), los textos reunidos en Calendario (Editorial Días Contados, 2021) y el ensayo La belleza del caminar (Eolas ediciones, 2023).

José Luna Borge (Sahagún, León, 1952), desde 1980 vive en Sevilla.

Autor de los libros de poemas: Las buenas costumbres (1989), Desconocidos (1997), Poemas y notas (1999), Los días inciertos (2003), Reloj de melancólicos (2017).
Estudios, ensayos: La Generación poética del 70 (1991), Bazar de lecturas (1999), La obra literaria de Víctor Botas (1995), Alzar el vuelo: Antología de la joven poesía sevillana (2006), Víctor Botas, Entre el miedo y el asombro (Estudios, ensayos y otras divagaciones (2020)

Diarios: Veleta de la curiosidad: Pasos en la niebla (2001), Pasos en la nieve (2002), Pasos en al agua (2007),Pasos en la arena (2012), Pasos al atardecer (2018), Los hilvanes del tiempo (2022), La vida y sus desatinos (2024).

Novela: Y una tarde cualquiera esparces mis cenizas en el mar (2020)

Ha dirigido el suplemento de cultura La Mirada, en El Correo de Andalucía y la revista El mirador de los vientos.
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